Génesis 47:18-25

El pueblo vino a José con las manos vacías, y él respondió tratándolo con dignidad y respeto.

No olvide que José lo tenía todo, y que ellos no tenían nada. «¡Se nos acabó el dinero! ¡Se nos acabó la comida!». Estaban totalmente a merced de José.

Este no se encogió en hombros y les dio una limosna. No los puso en un plan de beneficencia pública. Por el contrario, les dijo que trajeran lo que tenían, su ganado, y a cambio él les daría comida.

Un año después, con la hambruna todavía presente, todo su ganado se les había acabado, y regresaron de rodillas con las manos vacías y abiertas, diciendo: «Ayúdanos, José. ¿Qué vamos a hacer ahora? Cómpranos nuestras tierras a cambio de comida. Cómpranos a nosotros, para ponernos al servicio del faraón. Lo único que te pedimos es que nos ayudes a salir adelante en estos años terribles». En su desesperación, se pusieron por completo a merced de José.

Lo extraordinario es que José no abusó de su poder, ¡ni siquiera una sola vez! Dios lo había sacado a él de la esclavitud, y nunca olvidó lo maravillosa que había sido su esa liberación. A todo aquel que le ha sido dado mucho, mucho se le demandará.

Arthur Gordon escribe en la revista Reader’s Digest (Selecciones) de diciembre 1966, bajo el título Foolproof Formula for Success (Una fórmula segura para el éxito), lo siguiente en cuanto a la importancia de la integridad personal:

Año tras año, los empresarios estudian las calificaciones de los graduados universitarios, seleccionan a los aspirantes a empleos y dan entrenamiento especial a los que pasan la prueba. ¿Qué es lo que buscan en realidad? ¿Cerebros? ¿Energías? ¿Habilidades? Estas cosas son deseables, por supuesto. Pero ellas llevarán a una persona solo hasta cierto punto. Si alguien quiere llegar a la cima y tener responsabilidades en cuanto a la toma de decisiones, tiene que haber un factor más, algo que tome a la simple habilidad y doble o triplique su efectividad. Para describir esta característica mágica solo hay una palabra: integridad.

La integridad es lo que hace que usted mantenga puestos sus ojos solo en su examen. La integridad es lo que hace que usted anote y envíe solo cifras verdaderas en su cuenta de gastos. La integridad es lo que hace que su vida personal sea pura y recta. La integridad es la que nos impide aprovecharnos injustamente de los demás.

Adaptado del libro, Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2019 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.